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Los 3 niveles de diseño emocional, de Don Norman

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Uno de los aspectos que más influyen en la voluntad de un cliente a la hora de hacerse con un producto es su apariencia estética. Esto hace que, más allá de valorar su calidad y sus características, también juega un papel importante la forma en la que es presentado y la imagen que transmite. El impacto visual es muy importante, y por este motivo conviene conocer en qué consiste el diseño emocional para aplicarlo al marketing digital y al diseño gráfico de las creatividades de las campañas.

El diseño emocional es cada vez más importante. Pues consideramos más el aspecto, ya que los usuarios se encuentran más vinculados a los detalles estéticos y puede llegar incluso a ocasionar que una persona decida decantarse por un producto de calidad inferior a otro por el simple hecho de que su apariencia le resulte más agradable.

La explicación radica en el mencionado diseño emocional, un concepto sobre el que trabajan las grandes empresas de todo el planeta y que consiste en la forma en la que las personas se relacionan con aquellos objetos que están a nuestro alrededor. Cada vez es más importante identificarse con una marca y sus productos y ahí es fundamental la imagen de estos últimos.

¿Qué es el diseño emocional?

Hablar de diseño emocional es cada vez más tenido en cuenta a nivel mundial, ya que se le ha ido dando mayor importancia en la influencia de las emociones a la hora de tomar una decisión de compra.

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Al mirar un producto, las primeras impresiones acerca del mismo son claves. Aunque realmente no nos percatemos de ello puesto que tienen lugar en nuestro inconsciente. Esto hace que, tanto su apariencia como forma y presentación influyan de manera directa en la idea que formamos acerca de ese objeto.

Al hablar de diseño emocional creamos imágenes mentales sobre los productos que vienen originadas por las emociones que son capaces de despertar en nuestro interior. Así pues, muchos productos que compramos no son necesariamente los mejores en eficiencia, seguridad u otros detalles, pero sí los que más emociones son capaces de transmitirnos.

Muchos de los productos que compramos no son necesariamente los mejores, pero sí los que más emociones son capaces de transmitirnos«.

Don Norman y los tres niveles de diseño emocional

Don Norman fue el encargado de crear y difundir el concepto de diseño emocional. Lo hizo a través de su libro Design Emocional: por qué amamos (o detestamos) los objetos del día a día. Donde habla de tres niveles del diseño emocional, que son los siguientes:

Visceral

El primero de los niveles, y al mismo tiempo el más básico, es el visceral. Este se encuentra vinculado con el instinto, y es la primera reacción que tiene una persona con cualquier tipo de objeto o producto con el que nos encontramos por primera vez.

Al ser la primera reacción emocional, no siempre se percibe de forma consciente y tampoco es controlada. En este primer nivel de diseño emocional cobran una máxima importancia aspectos como forma, colores, contrastes y contornos.

De esta forma, el apostar por colores que son más saturados y vibrantes acostumbran a llamar más la atención, al igual que sucede con aquellos objetos que no guardan una gran organización, con formas que no tienen contornos o patrón. Es una realidad que la estética de un producto en este primer nivel puede ser clave para conseguir una venta, por encima de otros aspectos realmente importantes como la usabilidad y la propia calidad del mismo. De hecho, cuánto más visceral es un producto, es más probable que los usuarios consideran que funciona de mejor manera, aunque no siempre sea así realmente.

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Conductual

El segundo nivel de diseño emocional es el conductual. Es un proceso que tiene lugar de manera totalmente inconsciente, siendo al mismo tiempo uno de los niveles que tiene mayor responsabilidad en las decisiones que tomamos día a día.

El nivel conductual se encuentra altamente relacionado con la comodidad de uso que ofrece el producto. Es decir, el placer que la persona siente a la hora de utilizarlo. Cuando se considera que se tiene el control sobre el producto, automáticamente nos identificamos más con ellos.

Sin embargo, no solo hay que valorar la facilidad de uso, sino que este nivel también está relacionado con el placer de poder conseguir desarrollar una tarea por completo sin ninguna dificultad. Por lo tanto, el diseño conductual trata de sentir que tenemos el control, y esto quiere decir que tenemos una respuesta del producto gracias a su eficacia y uso. Lo que incluye la comprensión y la usabilidad.

Reflexivo

El tercer y último nivel de diseño emocional es el reflexivo. Para Dan Norman este se centra en el superyó, una parte de nuestra mente que está pendiente de todo. Aunque no tiene control sobre aquello que hace. Influyendo, por ejemplo, en la percepción que tenemos de nosotros mismos ante otros individuos.

En el momento en el que se produce esa imaginación de cómo nos ven otras personas, es habitual tener la tendencia a comprar productos que lleven asociado un cierto estatus.

Cómo utilizar el diseño emocional

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Una vez conocidos los tres niveles de diseño emocional de Don Norman, hay diferentes maneras de poder explotarlo para conseguir los mejores resultados en el mercado, Haciendo que sea de gran utilidad a la hora de poder generar interés en el público objetivo para que realice la compra. O o marketing digital para conseguir tráfico, obtener leads, potenciar conversiones… 

Todo debe estar pensado en el producto para tratar de ofrecer la mejor imagen del producto en el mercado. Para ello se pueden utilizar recursos muy diversos, desde tratar de crear un vínculo emocional contando una historia a través de los productos ofertados, como haciendo uso de elementos que puedan despertar emociones en los clientes. 

Asimismo, es muy importante hacer hincapié en la propia presentación del producto, clave en el diseño emocional puesto que es uno de los primeros contactos que las personas tienen con el mismo. A través de su embalaje y forma estética pueden llegar a provocar un deseo instantáneo, incluso aunque sean artículos de baja calidad.

Las características estéticas relacionadas con el diseño, genera una mayor sensación de calidad del producto. Esto es importante en los productos físicos, pero también en los digitales. También tendrás que concentrarte en la experiencia de uso y tratar de añadir valor y estatus al mismo.